Llegaba a Cotahuasi a reanudar mis labores allí, cuando a manera de continuación de saludo, como quien espera a alguien para dar una buena noticia, mi compañero Manuel me avisa de un paseo organizado por la municipalidad de Tomepampa al Lago Pallicocha a 4950, al cual iríamos en volquete. La idea de salir el sábado a las 4.30 de la mañana no me “fascino” tanto como la segunda buena noticia que me daba, regresábamos a píe.
Tenía cierto trabajo programado para el sábado, lo cual me hizo dudar, pero la promesa de ruinas y pinturas rupestres en el camino, me convenció fácilmente. Además el regreso se pronosticaba en 5 horas y me quedaba algo de sábado para avanzar en mis trabajos programados.
Una noche antes preparamos ciertos bocadillos para el camino y a las 4 de la mañana del sábado 22 Manuel y Hélène ya me estaban despertando para coger las cosas y no perder el volquete, que en fin, difícilmente lo hubiéramos perdido porque salio a eso de las 5.30 de la mañana. Encima del vehiculo pasamos por Cotahuasi donde junto al grupo de gente se nos unieron nuestro amigos Nance (Nans) y Manuel (2), bastante experimentados en el tema de subir y bajar montes.
Nos dijeron para pasarnos a una combi, cuando de pronto pasa el chofer contratado de este segundo vehículo, abrazado de un brazo a otro señor y del otro a una botella de cañazo, nos dijo: unnnn momentiiiito, voy a terminarme esta bhotelllllla y los llllevo. Así que volviendo al volquete fuimos saltando en la tolva por 2.5 horas que duro el viaje.
Llegamos al lago y nos soplamos la presentación del criadero de truchas, las palabras de las instituciones que financiaban el proyecto, del alcalde y de tanta gente que tuvimos que escuchar para pasar al desguste de ellas. Una vez con desayuno en el estómago, empezamos a caminar, siguiendo a nuestra guía Helen.
Empezamos el descenso, sintiendo la altura en la respiración y en la aceleración de los latidos. Pero contentos y a paso de guía, avanzamos hasta la zona de vizcachas, estábamos a punto de contentarnos con ver eses de viscacha cuando luego de un buen rato a lo lejos una decidió posar para nosotros, pero corrió antes de que pudiera posar para nuestras cámaras.
Seguimos avanzando, y avanzando y avanzando y nada de ruinas ni pinturas, y ya habiendo pasado un par de horas, la guía dijo que adelante en una cueva es que nos íbamos a detener para el primer pic nic. Llegamos a la cueva, que por cierto de cueva no tenía nada, más parecía el baño de las vacas por lo pintoresco del piso, así que decidimos buscar otra sombra para sentarnos un rato, beber y comer algo.
Luego de ello seguimos avanzando y avanzando, nuestra guía avanzaba a su paso y luego se echaba un buen rato a esperarnos, nuestros amigos alpinistas subían y bajaban y corrían alrededor nuestro… nosotros íbamos a “paso turista”.
Vimos una que otra roca grande en medio del camino, que no se porque razón había que subirla, pero en fin, todos arriba es todos arriba, foto y bajen de nuevo para seguir avanzando.
Subiendo y bajando el monte, nos topamos con un arco de piedra, un pequeño refugio antiguo y una cueva algo profunda a la que llamaban la catedral, pero de ruinas y pinturas, nada. Ya al final la guía nos dijo que no había tiempo para llegar a ellas, puesto que caía la noche y debíamos apurarnos. Habíamos avanzado ya 5 horas y cuarto, desde poco más del medio día.
Cambiamos el “paso de turista” por “paso de inercia” y llegamos al pueblo de Chambi a eso de las 6 de la tarde, justo cuando caía el sol, tan solo pasamos porque había que bajar hasta Tomepampa así que salimos del pueblo y antes de empezar la bajado a “paso de lamento”, tomamos 5 minutos para comer una fruta y beber un trago más de agua. Dos horas duro aquella bajada que amenazaba con grandes resbalones a cada momento, todos con linterna bajamos los últimos 1000 metros, llegando luego a las 8.30 luego de 8 horas y cuarto de caminata, a casa. Fue muy cansado, pero fue lo máximo.
2 comentarios:
Hey!!!!
Buen ejercicio! Menos mal fue de bajada... imagínate la subida.
Besitos!
Ufff, qué trote!!
Igual parece genial!!!
Una pena que las cuevas estuvieran cagadas y no pintadas, jajaja... Otra vez será!
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