jueves, 12 de marzo de 2009

UNA HISTORIA MÁS PARA OLVIDAR

Mientras estaba en vientre, jamás imagino que podía pasarse largos ratos contemplándolo, era lo más bello que había visto y lo amaba tanto que deseaba no perderse un instante de su vida. A esas tempranas horas su esposo despertaba para alistarse a una jornada más en el campo; la miraba y sin querer estropear esa imagen, muchas veces era el mismo quien empezaba a preparar los alimentos que debía llevarse.
La mujer siempre le daba el alcance, con sus más tiernas disculpas por no ser ella quien se ocupara de esos quehaceres y el dulcemente le respondía que estaba en medio de otros mucho más importantes.
Por último y ya casi al amanecer se acercaban a tan bella criatura, y el ejercicio de contemplarlo juntos era un gesto de amor, mucho mayor a los que se regalaban cuando empezaban a enamorarse.
Pese a las constantes amenazas, en su alegría de joven pareja, jamás se hubieran imaginado lo que aconteció una de aquellas tardes cuando él regresaba junto a otros hombres de la comunidad de un trabajo de faena. En vano fue que trataran de defenderse con sus precarias armas, cuando cerca de la casa se oyeron disparos y la mujer con el hijo en brazos salió asustada para ver que había sucedido.
Alcanzo a distinguir, por las ropas que llevaba, a su esposo que yacía en el suelo. Estuvo un tiempo paralizada sin saber que hacer y para cuando trato de huir, ya le habían dado alcance y la hicieron marchar junto a otras mujeres y niños hacia la plaza central.
En medio de tanto lamento, el hijo no dejaba de llorar y la madre en medio de su llanto trataba de calmarlo pero el pequeño acostumbrado a la paz y el cariño del hogar no dejaba de hacerlo…

Este relato esta basado en un hecho real, narrado por la misma madre y trascrito en el Informe de la Comisión de la Verdad, al finalizar su historia, entre llantos decía que era la primera vez que lo contaba y que llevaba ese dolor en su pecho desde aquel día. Frente a ello no puede menos que afectarme hondamente, todas aquellas manifestaciones y acciones que buscan que todo esto simplemente se olvide.
Una amiga hace un tiempo, mientras pasaba por una etapa de depresión, me decía que cuando se esta así, casi nadie quiere escuchar o estar al lado, que la gente no puede soportar el dolor de otras personas, pero ella necesitaba que lo estén. Por ello me parecía tan obtuso todos aquellos argumentos que basados en un principio “noble”, señalaban que lo mejor era simplemente olvidar para empezar de nuevo.
Sin embargo no es el único motivo por los cuales se pida el entierro del Informe, pero de todo ello no quiero discutir en este post. Solo intento que más gente como yo entienda que al respecto de comentarios tan estúpidos como: “el Perú no necesita de museos”, o el mismo rollo gastado de siempre: “el Informe es un arma política de la izquierda”, puedan tener cierta reacción al menos incómoda, por la forma en que se toma un hecho tan real y tan nuestro como lo ocurrido en el tiempo de violencia.
El pasado de Alemania es algo que dejo marcada a toda una nación, por eso y en base a una real conciencia y conocimiento de su historia, nace un país que busca superar su pasado con mayor sensibilidad y sentido humano. Sin embargo pareciera que aquí en nuestro país, aun no se a producido algo lo suficientemente antagónico como para que muchos de los nuestros puedan al menos iniciar ese proceso. Quizás y tendría que tocarles en la propia carne.
Una frase que nunca podré olvidar de uno de los discursos del Dr. Lerner a propósito del Informe, es: “por que no debe volver a suceder, lo que nunca debió acontecer”; y esto es debido a que desde ese momento no deje de preguntarme con mayor fuerza: “¿Cómo dejamos que todo esto suceda?, ¿Cómo pudo ser todo tan cerca y tan desconocido?

…fue entonces cuando uno de los encapuchados grito: “o callas a ese bebe o lo lanzo a los perros”. Entonces la mujer solo opto por abrazarlo fuerte contra su pecho y mientras su bebe aún luchaba por respirar, recordaba aquella mañana e imagina a su amado esposo diciéndole: “él estará bien”, entonces cayó desmayada y no supo más de ambos.

viernes, 6 de marzo de 2009

DONDE TODO SE PUEDE

Creo que sí mirásemos siempre al cielo acabaríamos por tener alas.
Flaubert

Ya hecho a la costumbre, caía rendido sobre el pequeño espacio asignado para dormir en aquella barraca donde descansábamos todos aquellos no contratados en el campamento. Una taza de café y un cigarrillo era todo lo que me inspiraba a meditar entre el trabajo y el dormir, solo pensaba en mi familia, en todos aquellos por los que había asumido venir aquí. No tenía porque quejarme, estaba hecho al trabajo y me sentía muy bien haciéndolo, no tanto por lo que hacia, sino por quien lo hacia.
Ya acostado alguno prendía la radio en busca de algo que pudiera acompañar nuestras primeras horas de sueño. Y fue en ese preciso instante donde una densa cantidad de aire frió entro por mis fosas nasales y entonces comprendí, fue como si tras mucho tiempo de andar a tientas por fin encontrara el haz de luz que de tanto tiempo a oscuras empezaba a olvidar. Sin embargo tuvo que pasar, si no, jamás hubiera aprendido a guiarme según mis intuiciones, nunca hubiera aprendido a andar realmente.
Me levanté entusiasmado y no me fue difícil vender mis herramientas y parte de mi posesiones; lo que no pude vender lo regalé y las ganancias de lo vendido las metí en un sobre y envié a mi familia, por ahora, era lo que tenía para darles, quizás luego pudiera seguir ayudándoles, mientras tanto mis hermanos también podían encargarse.
Liviano de carga y sin deudas pendientes me encaminé hacia esa montaña que muchas veces visite de paso o mire por la ventanilla del bus. Si me hubieran preguntado qué buscaba, no habría sabido que responder pero las cosas iban apareciendo como si las hubiera planeado a detalle y con seguridad.
De esa forma me instale, la población de aquel lugar estaba dispersa a lo largo de dos montañas atravesadas por una quebrada. Me cedieron gentilmente una pequeña planicie y a cambio no era mucho lo que me pedían, pero de alguna forma, para ellos significativo: compartir con la comunidad que apenas sumaban nueve familias, con los cuales debería poner en común todo mi saber y sobretodo colaborar en la educación de los niños.
Me ayudaron a construir una casa al estilo de la zona, con la cocina en otra pequeña cabaña pues solo se cocinaba a leña. Mi hogar se abría en un comedor y sala de recibimiento, al fondo dos dormitorios por si llegaba la familia comentaron y fue cuando comencé a recordar aquellos ojos que me veían tan dulcemente, aquellos que bastaban para hacer mi día espléndido, aquellos que me fascinaron,
Empecé a soñar con una familia, con niños creciendo en aquel mundo que tanto quería, ya de grandes los mandaría con sus abuelos o tíos, y que decidieran allá si regresan o se quedan en ese otro mundo. Junto a mi, cada día, la de bellos ojos para compartir lo cotidiano y hacer de lo sencillo, lo maravilloso.
No puedo decir que todo era perfecto pero sí que era lo que quería, y vivía feliz…

Usualmente tendemos a añorar aquello que jamás tuvimos o nunca tendremos, dado que al no poderlo todo o tenerlo todo, siempre pensamos en todo aquello a lo que renunciamos o sabemos ya de antemano que no viviremos. Frente a ello surge una frase que la verdad no se si alguien la dijo primero o son de aquellas que nacen desde lo hondo del sentimiento humano colectivo: “no queda más que soñar”.
Este soñar, por más melancólico que pueda tornarse, es completamente válido y sano, siempre y cuando vivamos aquel resultado de nuestras propias decisiones sin quejarnos de la suerte por la que pasamos.
Como cuando alguien le pregunta a su pareja: “¿hubieras querido no comprometerte y poder tener más experiencias en la vida?” y su pareja le responde “hay muchas cosas que me hubiera gustado vivir, pero decidí quedarme a tu lado y en ningún momento he creido haberme equivocado”; de la misma forma siento que es conveniente no negar todo aquello que hubiésemos querido y buscarlo en aquel lugar donde todo se puede.

…pero no pude contener más la respiración y el ronquido de un sujeto al lado mío me hizo acordar de que debía descansar para empezar bien el día de mañana. Y me acomode de costado mientras trataba de cubrirme del frió, y mientras cerraba los ojos una lágrima lenta bajaba por la mejilla y me escarapelaba el cuerpo. En la radio del fondo se escuchaba a una mujer cantando en francés.


Podría decirle a ese instante: "¡Detente, eres tan bello!
La huella de mis días en la tierra no podrá disolverse en eones".
En el remusgo de tan alta dicha disfruto ahora el supremo instante.
Johann W. Goethe. Fausto.

viernes, 20 de febrero de 2009

A LO MEJOR NUNCA ESTUVE

...no es que te quiera poco
es que ya te he querido.
(Enrique Gil Ibarra)


Cansado de repasar una y otra vez la misma sonrisa con la que atendía a tanta gente en su oficina, ese día decidió cerrar sus puertas y entregarse a cualquier entretenimiento de aquellos que apaciguaban sus ratos interminables en aquel cajón, y tras iniciar una que otra conversación virtual, además abrir y cerrar el buscador de música, decidió retirarse.
Anduvo por la tarde, tratando de refugiarse en algún lugar donde no sean fríos edificios quienes le proporcionen sombra, paso por su café preferido y por un bar, hasta que penosamente llegó a su casa, donde hojeo sus tres libros de cabecera, pero ni Sábato supo entender la angustia que vivía en ese momento.
No lo dudó más, estuvo en su cabeza todo el tiempo, le había aniquilado el pensamiento y finalmente no pudo negarse. Apenas lo dejó suelto en su imaginario, no tardó en darle un par de vueltas para coger su mochila y salir en un arranque entusiasta e impulsado por la brisa de la emoción, había decido ir a buscarla allí donde sabía podría encontrarla, al costado del mar. Apenas salió de casa apago su celular para no volver jamás. Nunca se había sentido tan fuerte, tan animal, y eso junto a la enorme emoción de volver a su lado y esta vez para quedarse, lo llevaron frente a ella en un instante tan veloz como la estrella fugaz que les sonrió la última vez que estuvieron juntos.
Ella lo recibió como si siempre lo hubiera estado esperando, lo abrazó y el roce de sus dedos por la parte trasera de su cabeza hizo que todo ensarte de pensamientos desapareciera y por fin, desde mucho tiempo atrás, él volvió a sentir aquella paz que alguna vez pensó siempre buscaría…

Muchos han sentido en algún momento el hastío, el no saberse en el lugar indicado, la asfixia e inquietud. Algunas, no pocas cosas, que se comienzan con entusiasmo terminan en el sin sentido y la vaciedad, frente a lo cual suele surgir un arrebato de conformidad o un cansancio de querer buscar nuevamente; sólo cuando aquello puede vencerse es somos capaces de empezar una vez más.
El problema está cuando nada satisface o nada parece hacerlo, entonces la incomodidad puede convertirse en algo patológico y es frecuente y conveniente preguntarse ¿acaso seré yo? En cualquier caso, la pregunta nunca esta de más, pues de cualquier modo se nos presenta la oportunidad de ir desechando todo aquello que no es parte de lo que se busca.

…cuando se repuso, volvió de su lado en que se había acogido, en el que había soltado una última lágrima de impulso; la vio dormida, pensó en lo hermoso que se veía su rostro y en su mente empezo a recordar una canción de cuna que de niño le cantaban, luego de ello y antes que la madrugada lo sorprenda, cogió sus ropas y de regreso a casa volvió a prender su celular.

sábado, 7 de febrero de 2009

SOBRE LA ESTEPARIEDAD DEL SER

“Quisiera o vencer dentro de sí al lobo y vivir enteramente
como hombre, o, por el contrario, renunciar al hombre y vivir,
al menos, como lobo, una vida uniforme, sin desgarramientos”
(Hermann Hesse, El Lobo Estepario).


Muchos sentimos que dentro se mezclan dos tipos de personas, o para hacerlo menos teatral, solemos responder de dos formas distintas. La primera de esas formas es racional y humana, puesto que se nos da por pensar en la repercusión de nuestra acción y como esta irá a afectar a diferentes actores alrededor. Sea noble, indiferente o cruel nuestra respuesta, hay un cuestionamiento de por medio.
Por otro lado, hay cierta actitud instintiva que mal la hemos considerado muchas veces como animal, y si bien llegamos al acuerdo de que es medio animalesca la respuesta obtenida de este nosotros, por lo menos espero no tengamos el mal prejuicio de condenar las acciones que de aquí parten.
Algunos quizás quieran aportar, de que como todo, se trata de llegar al punto medio de escuchar a uno y otro para establecer un consenso, bien entonces partamos de ahí, puesto que luego de analizar mi premisa una y otra vez, salvo algunas respuestas primarias o realmente arrebatadas, no solemos ir por la vida dando rienda suelta a uno de los dos propuestos, y de esas pocas respuestas (primarias) no quiero referirme ahora.
Mi pretensión es salvar al perfil lobo dominante de todo esto, tantas veces criticado por su actitud incisiva en muchas oportunidades o por retirarse sólo por su estepa cuando necesita encontrarse consigo mismo. El lobo a mi forma de verlo, es una suerte de evolución o adaptación del hombre (no la única). Es poder aprender a cada momento de experiencias que llevan a hacer del instinto una respuesta ya evaluada anteriormente y no sometida a una perdida de tiempo en su segunda reflexión.
Un lobo además necesita tiempo para si mismo, y es en ese preciso instante cuando más confronta al lobo y al hombre, pero el estilo que quiere vivir es propia del lobo. Ahora la otra parte es la forma en que se da o va por el mundo, quizás para algunos catalogado como tibiamente infeliz o con un exceso de drama en las cosas más cotidianas, y pues sí, quizás haya cierta exageración en algunas mociones, pero al respecto, qué más da querer vivir al máximo cada sensación, ser más sensible (sin ser Candy) a cada espectáculo nuevo que nos ofrece la vida. Entre otras cosas que pueden ser muy criticadas por no quedarse con el hombre de sociedad como dominante, está la búsqueda de satisfacción de sus propios instintos, y aunque suene medio salvaje, ¿acaso todo principio social no parte primitivamente de una intuición de que las cosas no están bien? ¿Acaso lo humano dominante no sería buscar salvar el propio pellejo dentro de cada escenario, tratando de estar equipado para hacer frente a cualquier ataque?
En fin, se que son muchos términos que pueden confundirse, dada la connotación que cada uno pueda darle. Lo que buscaba en este post, era darle un homenaje a este libro de cabecera con quien empiezo la nota y a la estepariedad que todos, aunque en diferente nivel, llevan dentro. Ya nos veremos amigos míos en el siguiente acecho.

sábado, 24 de enero de 2009

Sobre fechas importantes


A propósito de algunas entretenidas discusiones con algunos de mis amigos, es que me animo a este post, dado que en una discusión y mucho más si es acalorada, cada uno busca salvar su punto de vista, no por que en sí crean que son dueños de la verdad, sino porque simplemente… a quién le gusta perder en una? Si muy aparte cada uno escuchara o mejor leyera el punto de vista de la otra persona, quizás veríamos hasta que punto puede tener razón.

En fin, todo comenzaba cuando cada uno por su parte intentaba animarme a celebrar cierta fecha (mi cumpleaños) y hacer algo diferente ese día, como ir sonriéndole a todo el mundo con la expresión “hoy soy feliz”, entre otras grandes ideas. Frente a ello yo les decía que eso me parecía algo bastante absurdo dadas las condiciones (trabajo en un lugar alejado y me toco tener gente nueva a mi alrededor), y que me parecería algo muy protocolar, pretender celebrarlo.

Claro, ellos argüían todo lo que habían leído alguna vez en sus tarjetitas de Hallmark o para hacerlo más actualizado en sus virtuales de Tu Parada o Gusanito (a todo esto agradezco todas las que he recibido), siendo estas razones las que siempre son atribuidas a este día de un año más de vida, al que se le crea un entorno mágico y encantado… a todo yo solo respondía sin tristeza ni nostalgia que es solo un día mas.

Y no es que sea el Grinch de los cumpleaños como sugería una encantadora amiga, solo que no me siento escaso de celebraciones como para celebrar este día o cualquier otro “importante” si las condiciones a mi alrededor no se dan, ya que estoy completamente convencido de que no se trata del día, sino de la celebración no refiriéndome por supuesto a bulla, fandango, mujeres que salen de una torta (también) o las garrafas de alcohol, me refiero a la sensación de estar con las personas adecuadas, en el lugar adecuado, o haciendo lo que te sientes llamado a hacer.

Son tantas las fechas importantes que nos perdemos de celebrar, que animo a todos mis amigos lectores a compartir tales fechas, a hacer un nuevo almanaque de celebraciones abierto a cualquier eventualidad de la vida, celebremos por ejemplo: el comienzo y final de una relación, la partida y la llegada de un amigo, el comienzo y fin de una experiencia laboral, en fin tantas cosas que van marcando nuestra vida, que son mucho mejores a tantas fechas que otros marcaron por nosotros. Eso si, y recalcando lo anterior, con las personas adecuadas y haciendo lo que les llame en el momento. Que cada celebración sea inolvidable.